Camino de Amor





Familias sólidas con ayuda de Dios


Las familias hoy enfrentan crisis que tienen múltiples factores desencadenantes, pero que esencialmente, parte de la ausencia de principios y valores. Algunos expertos coinciden en asegurar que en los países desarrollados y m¡s aún en los que est¡n en vías de desarrollo, hoy se puede afirmar que los hogares est¡n enfermos y sufren un desequilibrio que amenaza la felicidad de todos, la paz social, la seguridad de las personas, y aleja la esperanza de lograr un mundo mejor. ¿Hay salida al laberinto? Sin duda que sí. Volver nuestra familia a Dios. Permitirle que Él ocupe el primer lugar y nos permita edificar hogares sólidos, con pautas de vida que le permitan a todos los componentes de la pareja, alcanzar el pleno desarrollo personal y espiritual.

I.- El propósito de Dios es la edificar hogares sólidos a partir de matrimonios imperfectos

1. Desde el comienzo de la creación, un propósito indeclinable de Satan¡s ha sido la destrucción de la familia

1.1. Satan¡s incide mediante una cultura plagada de antivalores

1.2. Satan¡s estimula el orgullo, el resentimiento y la falta de perdón entre los integrantes de la familia

a. Los mayores conflictos, irónicamente, los enfrentamos al interior de la familia

b. Los mayores grados de falta de perdón e intolerancia se viven al interior de la familia.

1.3. Al interior de la familia hay crisis, que podemos diferenciar en crisis favorables y adversas.

a. Las crisis favorables llevan al aumento de la calidad de vida y el bienestar. Se originan en conflictos que tienen un adecuado manejo y nos permiten aprender, para crecer. Podemos mencionar las diferentes etapas en la relación de pareja, las etapas de los hijos (infancia, adolescencia, juventud) así como circunstancias eventuales: una enfermedad o la pérdida de un ser querido.

b. Las crisis desfavorables o adversas, se originan en crisis de valores, crisis de pareja o en la relación con los hijos, resquebrajamiento de la relación y el subsecuente divorcio, pérdida del trabajo y dificultades económicas, entre otras. El secreto est¡ en el manejo que le demos a cada situación. Podemos salir adelante o sumirnos en una situación irremediable.

1.4. Las Escrituras nos enseñan que Dios mismo es el Padre de la familia (Efesios 3:14, 15)

2. La familia es el espacio donde Dios quiere afirmar el amor, la tolerancia, el apoyo mutuo y el sentido de pertenencia.

2.1. Quien m¡s se interesa en la fragmentación del núcleo familiar es nuestro Adversario, Satan¡s. En esa dirección siembra disensión, falta de perdón y un vivo deseo de acudir al divorcio como solución a los problemas. Si fallamos como cabezas del hogar, es necesario reconocerlo delante del Señor y fortalecernos en Él para sobreponernos a las dificultades y salir victoriosos (Cf. 2 Corintios 12:7-10)

2.2. La familia perfecta no existe. En todos los hogares hay situaciones complejas que-con ayuda de Dios-podemos corregir.

2.3. Cuando algún integrante de la familia falla-cónyuge o hijos-es cuando m¡s nos necesita para que los apoyemos y ayudemos a reemprender el camino.

2.3. Los pilotos pueden desviarse algunos grados de su plan de vuelo; sin embargo con los instrumentos de aeronavegación vuelven a la ruta apropiada. Igual el cristiano puede reorientar su familia con ayuda de Dios y la guía de los principios bíblicos.

3. Es necesario reconocer que todos tenemos algún grado de imperfección y no pretender que nuestra familia sea perfecta.

3.1. Hay esperanza para las familias imperfectas porque Dios las ama con su carga de defectos en el proceso de ser corregidos.

3.2. Dios sabe lo sólida que puede llegar a ser nuestra familia si le damos primer lugar a Él (Salmo 127:1-5)

II. Desde el comienzo de la creación, Dios tiene un propósito con la familia (Génesis 2:18-24)

1. Los seres humanos no fuimos concebidos para vivir en soledad ni “aislados” de todos y de todo. Por naturaleza somos sociables.

1.1. En el cónyuge Dios provee: ayuda, acompañamiento, amor, estímulo en los planos físico y emocional.

1.2. ¿Por qué formó Dios a Eva de la costilla de Ad¡n? …Para enseñarnos:

a. Que la mujer est¡ a nuestro nivel, y no por encima o por debajo de los varones.

b. Que la mujer sería protegida por el varón.

c. Que iba a ser amada por su esposo, y por eso se tomó la costilla, muy cerca del corazón.

1.3. En el hogar la pareja debe tomar sus decisiones al margen de la influencia de sus padres, familiares y amigos cercanos (Génesis 2:24)

Se privilegia:

a. La Unidad

b. La independencia

c. La Identidad à Una sola carne

1.4. Una familia comienza siendo una pareja; dos personas que se aman y que se comprometen a estar juntos, a apoyarse mutuamente y a construir un hogar para ambos y sus futuros hijos. La pareja es la columna vertebral de la familia, a partir de la cual los hijos podr¡n construir sus vidas con bases sólidas, donde también los padres podr¡n seguir creciendo y realiz¡ndose. Una relación de pareja disfuncional o sometida a la inestabilidad termina afectando a los hijos que reproducir¡n el mismo modelo en sus etapas posteriores.

2. El hombre y la mujer fueron creados por Dios para compartir igual dignidad y valor. Ninguno es superior a otro.

2.1. Por tener especiales atributos del Creador, el varón debe tributar especial trato a su cónyuge. Esto lleva a que no acepte que haya maltrato físico y emocional hacia la pareja o los hijos (Cf. Efesios 5:21-25)

2.2 El compromiso matrimonial implica que los cónyuges se ayuden entre sí en el proceso de crecimiento personal y espiritual.

III. Así como Dios permanece fiel a su Pacto con nosotros, espera que su pueblo permanezca fiel al Pacto con el hogar (Salmo 89:28, 34)

1. La relación al interior de la pareja encierra el compromiso de permanecer unidos a pesar de las circunstancias.

1.1. Cuando no hay compromiso mutuo, el matrimonio se limita a coexistir, a sobrevivir.

1.2. Cuando hay compromiso los cónyuges aportan de sí mismos para mejorar la relación y profundizarla cada día.

1.3. En criterio de expertos en asuntos familiares, como Gary Chapman, el Pacto matrimonial debe permanecer y hacerse sólido en el tiempo. En el libro “Pacto matrimonial” (Pgs.13-24), describe cinco características que deben rodear el Pacto matrimonial:

a. El Pacto matrimonial no sólo busca beneficiarnos sino también a nuestro cónyuge.

b. Debemos cumplir el Pacto matrimonial indistintamente de la conducta del cónyuge.

c. El Pacto matrimonial se fundamenta en el Amor incondicional (Cf. 1 Corintios 13:1-6)

d. El Pacto matrimonial se establece partiendo del deseo de que sea sostenible en el tiempo.

e. El Pacto matrimonial incluye revisar si hay fallas y asumir correctivos

2. La Palabra de Dios registra varios Pactos o compromisos firmes en los que Dios se ha mantenido a pesar de las circunstancias (Cf. Génesis 9, Deuteronomio 4:23-31; 1 Samuel 18:2-4; Rut 1:16, 17; Salmo 89:28. 34)

2.1. El matrimonio en las Escrituras es mucho m¡s que compromiso legal, es un Pacto.

2.2. El Pacto matrimonial es voluntario. Es una decisión libre que debemos honrar asegurando compromiso permanente.

IV. El Plan de Dios de Dios es que el Pacto Matrimonial crezca, se afirme y permanezca.

1. La relación matrimonial tiene todas las características de un pacto. Es un compromiso total, permanente y creciente.

1.1. Por tratarse de un pacto y no de un simple contrato, el matrimonio debe ser honrado y respetado.

1.2. Así como Dios no pone condicionamientos para amarnos a pesar de los errores, estamos llamados a amar a nuestro cónyuge por encima de los condicionamientos.

2. Quien nos ayuda a permanecer firmes en el Pacto Matrimonial es nuestro amoroso Padre celestial que nos ayuda a encontrar soluciones en medio de los conflictos.

V. Aprender a manejar los conflictos de pareja asegura solidez a pesar de las circunstancias

1. Uno de los factores desencadenantes de conflictos en el hogar lo constituyen las necesidades insatisfechas de los cónyuges.

1.1. Así como nosotros, el cónyuge enfrenta las necesidades afectivas y emocionales.

a. Es imperativo alimentar el sentido de valor de su cónyuge.

b. La relación de pareja debe ser alimentada con palabras amorosas y detalles.

b.1. La autoestima de nuestra pareja se fortalece con el trato que le prodigamos.

b.2. A través de las palabras y gestos edificamos o destruimos la relación con nuestro cónyuge.

1.2. En los cónyuges también deben suplirse las necesidades materiales.

2. Cuando dejamos de satisfacer las necesidades del cónyuge, abrimos las puertas para que la persona se vea sometida a tentaciones como un desliz moral (Cf. Efesios 5:21, 33)

2.1. Las necesidades de la esposa son:

a. Afecto

b. Conversación

c. Honestidad en la relación

d. Apoyo financiero

e. Compromiso familiar

2.2. Las necesidades del esposo son:

a. Satisfacción íntima

b. Compañerismo

c. Atractivo físico

d. Apoyo doméstico

e. Admiración

El esposo espera que su cónyuge satisfaga sus deseos en la intimidad, lo que obedece a su inclinación biológica. También que lo acompañe; que se mantenga físicamente atractiva; que sea capaz de crear en el hogar un ambiente de paz y orden, donde él desea estar, y que muestre admiración y aprecio por sus logros.

3. Cuando las necesidades emocionales b¡sicas de alguno de los cónyuges no se satisface, se desencadena el conflicto.

3.1. Los pequeños desacuerdos se transforman en grandes discusiones.

3.2. Los cónyuges se sienten vulnerados ante la m¡s mínima diferencia, por trivial que parezca.

4. Ante los eventuales fracasos de muchos consejeros matrimoniales, muchos expertos coinciden en señalar que sólo la recuperación de principios y valores, así como darle a Dios el primer lugar en el hogar, logran solidez y permanencia en la relación (Cf. Salmo 127:1-5)

5. Las parejas felizmente casadas no son las m¡s listas, las que tienen asegurada su economía o aquellas que tienen estabilidad emocional sino las que han adquiridito el h¡bito de no permitir que los pensamientos o sentimientos negativos hacia su cónyuge, ahoguen o empañen las cosas buenas y altamente positivas que les asisten.

5.1. Permiten que prevalezcan los sentimientos positivos hacia su cónyuge,

5.2. Cultivan una sincera amistad

a. Los cónyuges aprenden a conocer profundamente sus gustos, esperanzas y sueños.

a.1. Los cónyuges aprenden a aceptarse tal como son, con sus fortalezas y debilidades.

a.2. Los cónyuges entienden que su relación matrimonial est¡ por encima de las circunstancias adversas.

b. Demuestran con pequeños detalles cómo aman a su pareja.

c. Cuando llegan los conflictos no los derrumban porque cada uno de los cónyuges est¡ seguro que es amado y aceptado por el otro.

VI. Quienes viven atados por el pasado, jam¡s disfrutan una vida plena en el presente

1. Muchas familias no pueden crecer y avanzar hacia niveles de solidez como pareja y menos en el esquema padres-hijos, debido a que viven anclados en le pasado, en el daño mutuo que se produjeron. Los recuerdos se convierten en fuente de heridas emocionales abiertas (Isaías 43:18)

2. Como cristianos debemos aprender a manejar los recuerdos para no quedarnos atados en el pasado (Filipenses 3:12-14)

2.1. La Memoria de Corto Alcance (MCA). Registra e interpreta la información que llega al cerebro relacionadas con las experiencias recién vividas. Es limitada. Los científicos explican que sólo puede almacenar entre cinco y nueve eventos. Se olvidar¡n f¡cilmente a menos que voluntariamente recordemos los incidentes.

2.2. La Memoria de Largo Alcance (MLA). La capacidad de almacenamiento de la información es casi ilimitada. Se asemeja a una enorme biblioteca donde se guardan los recuerdos significativos, bien por lo traum¡ticos o por lo placenteros. Hay un alto componente de decisión personal para almacenar o desechar la información que nos causa dolor (Cf. Mateo 18:21-35)

3. Dios los dio la capacidad de perdonar (Cf. 1 Corintios 13:4-7)

3.1. José es un ejemplo de la capacidad de perdón y no vivir atados al pasado. Aun cuando sus hermanos le tenían envidia, e incluso, lo vendieron como esclavo, no permitió que los recuerdos le dañaran el corazón (Cf. Génesis 37: 3, 4, 23-28)

Fuente: http://www.bosquejosparasermones.com/2013/04/familias-solidas-con-ayuda-de-dios.html